Quizá sufras a menudo, como otras muchas mujeres, el impulso de comer lo que no necesitas. Más aún si te pones a dieta: tu cuerpo (y tu mente) percibe menos suministro calórico y reacciona segregando mayor cantidad de la hormona del hambre para obligarte a darle las calorías habituales.

Quizá sufras a menudo, como otras muchas mujeres, el impulso de comer lo que no necesitas. Más aún si te pones a dieta: tu cuerpo (y tu mente) percibe menos suministro calórico y reacciona segregando mayor cantidad de la hormona del hambre para obligarte a darle las calorías habituales.  Muchas usuarias de dieta afirman que las dos primeras semanas posteriores al comienzo son críticas.  Aparece el  ponen de mal humor, es más dicidil controlar los impulsos y se sienten seducidas por alimentos que no comian anteriormente. 

Las hormonas del hambre que te hacen engordar.

No hay nada que le guste más al cerebro que la rutina. Sin embargo, la rutina es una cadena que cada vez nos ata más corto y nos hace engordar. Te ayudamos a romper con esos círculos viciosos.

CUANTO MENOS QUIERES COMER, MÁS COMES

Cuando más deseas controlar lo que comes, más se estimula el apetito, porque el cerebro, al notar una bajada de azúcar o el estómago vacío, reacciona secretando estimuladores del hambre e inhibiendo las hormonas de la saciedad. Así entras en un círculo vicioso que te empuja a comer cada vez más.

EL CEREBRO TE PREMIA POR “PECAR”

Al probar algo que nos gusta, el cerebro segrega dopamina, una sustancia implicada en las sensaciones placenteras y en la adicción a las drogas. Después, cada vez que la vista u olfato detectan ese alimento, la descarga de dopamina se produce por anticipado lo que nos empuja a comerlo. Vamos que es ver el pastel y ya sentirte genial, anticipándote a que te lo vas a comer.

EL CÍRCULO VICIOSO DEL ESTRÉS

Cuando tienes ansiedad o estás estresada, tu cuerpo secreta una hormona llamada cortisol. ¿Y cómo se contrarresta? Con la dopamina. Y la dopamina aparece cuando te sientes genial. ¿Y qué te hace sentir mejor que tu pastel favorito? ¡Bienvenida al círculo del estrés y los dulces! Para terminar de arreglarlo, el cerebro se acostumbra a ese círculo: nervios=me calmo comiendo. Con lo que a la mínima que te alteras, tu cerebro te manda imágenes de comida suculenta. ¿A que también te suena? Pues tiene solución.

 

EL CÍRCULO VICIOSO DEL ESTRÉS Cuando tienes ansiedad o estás estresada, tu cuerpo secreta una hormona llamada cortisol. ¿Y cómo se contrarresta? Con la dopamina. Y la dopamina aparece cuando te sientes genial. ¿Y qué te hace sentir mejor que tu pastel favorito? ¡Bienvenida al círculo del estrés y los dulces! Para terminar de arreglarlo, el cerebro se acostumbra a ese círculo: nervios=me calmo comiendo. Con lo que a la mínima que te alteras, tu cerebro te manda imágenes de comida suculenta. ¿A que también te suena? Pues tiene solución.

 

¿Cómo puedes vencer la ganas de comer?

Masticar chile.

Sucede porque su dulzor aplaca la ansiedad por comer. Y el acto físico de mascar nos tranquiliza, al aumentar el flujo sanguíneo al cerebro.

Stevia en puesto de azúcar.

Este endulzante natural, mucho más dulce que el azúcar pero con cero calorías, regula los niveles de glucosa en sangre y la presión, reduce la ansiedad por comer y evita la acumulación de grasas.

Cacahuetes crudos o nueces.

Los cacahuetes crudos –toma un puñado al día– son de los alimentos más ricos en niacina. La carencia de esta vitamina B3 conlleva ansiedad e insomnio.

Buena parte de esa niacina se pierde si los cacahuetes se cuecen, por lo que se recomienda consumirlos crudos.

Y en cuanto a las nueces, la Universidad Estatal de Pensilvania (EE. UU.) ha demostrado que son buenas contra el nerviosismo. Aseguran que se debe a sus ácidos grasos omega 3, que ayudan (basta con tomar 3 o 4) a bajar la presión cuando hay una punta de estrés.

Menos bebidas excitantes.

Café, té, bebidas gaseosas azucaradas… las tomas y te sientes activada. Pero luego, esa activación se convierte en más ansiedad. En cambio, tomar un vaso de leche la aplaca. Y el zumo de tomate natural calma el hambre a deshoras.

Usar un poco de picante en algunas comidas.

Según la Universidad Purdue de Indiana (EE. UU.) la sustancia que hace picante al chile, llamada capsaicina, reduce la sensación de hambre y aumenta el gasto calórico. Es por la termogénesis: ese ingrediente hace liberar más calor al cuerpo, empleando energía extra en ello, lo que también nos hace sentir más saciados.

Otros estudios apuntan que el mismo efecto puede atribuirse a cualquier picante(como la pimienta) añadido a la comida. Pero si se agregan a todas, el cuerpo se acostumbra y no reacciona igual. Necesitarías tomar más picante, lo que podría dañar tu estómago.

Comer cada 3 horas ayuda a perder peso.

Se ha demostrado que cuando se hacen comidas frecuentes, protocolizadas y a la misma hora siempre ayudan a evitar el picoteo, las ganas de comer e influye directamente en el peso.

El metabolismo se acostumbra a sus horarios y el autocontrol con el picoteo es mas eficaz. Recuerda que con las digestiones también se produce calor por que ya supone un gasto de calorías al organismo.

Algo de soja todos los días.

Científicos malagueños del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición engordaron a unos ratones hasta que presentaron obesidad y diabetes. Después les dieron isoflavonas –una sustancia de la soja– dos semanas. Los que tomaron más, tenían menos peso y grasa hepática, así como menos resistencia a la insulina y más leptina, la hormona “quita hambre”.

 

Algo de soja todos los días. Científicos malagueños del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición engordaron a unos ratones hasta que presentaron obesidad y diabetes. Después les dieron isoflavonas –una sustancia de la soja– dos semanas. Los que tomaron más, tenían menos peso y grasa hepática, así como menos resistencia a la insulina y más leptina, la hormona “quita hambre”.